La juventud de Prosperar Argentina organizó el viernes a la noche, un Conversatorio ambiental con distintos referentes del tema, entre ellos estuvieron: Sergio Federovisky, Máximo Mazzoco, Leonardo Grosso, Sofía Vannelli, Jerónimo Batista, Enrique Viale, Marisol Chávez y Nickie Becker.
El encuentro contó con la participación de más de 300 personas a través de la plataforma Zoom. Además, estuvo presente la presidenta de la ONG Compromiso con Tigre, en donde se enmarca Prosperar Argentina, Malena Galmarini.
Sebastián Rovira y Felipe Baldonado, los creadores de Prosperar Argentina y quienes moderaron el encuentro junto a Macarena Oromí, mostraron su felicidad al término del conversatorio: “La gran convocatoria al conversatorio demuestra un enorme compromiso civil, político y etario por nuestro entorno. Es fundamental debatir abiertamente al desarrollo sustentable de nuestro país si pretendemos tener, como sociedad, un desarrollo próspero. Tener una perspectiva ambiental debe ser un cambio de paradigma en nuestra forma de pensar y en todos los sentidos de nuestra vida”.
En primer lugar, Sergio Federovisky, secretario de control y monitoreo ambiental, expresó: “Las políticas públicas son el grado más alto de la conciencia, la paradoja de lo ambiental es que se sabe todo lo que hay que hacer pero falta el sujeto político que lleve adelante”.
“La idea de que cambiemos individualmente para luego obtener un cambio colectivo dio lugar para una coartada histórica grosa. Casi al borde de la pandemia, nos había puesto al filo del precipicio en materia ambiental. Quiero destacar el valor del título y la convocatoria porque va dirigido a que todo activismo no se remite a que hagamos acciones propias del hombre verde. Cosas que son condición necesaria pero estos últimos 30 años nos han demostrado que no fue suficiente las pequeñas acciones. Cada época tiene valores propios, los valores de esta época, los jóvenes son los portadores de dos valores: igualdad de género y el medioambiente. Cuando ustedes sean los que tomen decisiones, seguramente van a tener impregnados esos valores y van a llevar adelante decisiones más coherentes.
Son las políticas públicas las que favorecen el cambio de los comportamientos colectivos. Hablamos de que la humanidad se modifique. No es un actor político y social, es algo abstracto. Gobiernos dijeron mucho e hicieron poco en materia ambiental. En la sociedad, las energías renovables son una cuestión ambiental, no está dentro del ministerio de ambiente. Una política pública es aquello que un gobierno decide hacer. Son los municipios los que tienen la competencia en materia de residuos y es el estado nacional el que tiene que buscar soluciones.
Cuando aparecen los animales donde antes no aparecían, nos sorprendemos. La sorpresa debiera ser que la naturaleza haya quedado acorralada por un sistema productivo. El siglo XX instaló la idea que a la naturaleza había que doblegarla, al servicio. Somos parte de ella. Tenemos que desarrollar políticas entendiendo que somos parte de ella. Las políticas públicas son el grado más alto de la conciencia, la paradoja de lo ambiental es que se sabe todo lo que hay que hacer pero falta el sujeto político que lleve adelante”.
En la misma línea, Leo Grosso, diputado nacional y presidente de la comisión de medioambiente dejó bien en claro lo que siente: “El principal problema son los poderes económicos. Necesitamos fuerza articulando el activismo, articulando la militancia para sumar y construir una oportunidad”.
“Hay que pensar en conflictos centrales desde cada territorio. El calentamiento global, la transición energética, y eso nos permite organizarnos alrededor de eso. La basura es un problema, pensar la YPF renovable. Pero también un mundo agrario. La mayor actividad económica del país es altamente contaminante en el aire y en el agua. Deforesta y corre las fronteras agropecuarias cada día más. Se desmontó una CABA para plantar soja. Ese modelo que nos habían vendido, cada vez hay más pobreza, se concentra la riqueza. En la Argentina que produce granos 400 m de granos tenemos la emergencia alimentaria declarada desde el año pasado. Tenemos serios problemas y a partir de estos ejes se puede reforzar la agenda y la militancia del activismo ecológico argentino. Con esos programas de resolución enfrente hay que construir organización. Cómo empezamos a consolidar la alianza desde otros sectores políticos que tienen atravesado. Son las organizaciones sociales o de la economía popular. Y entendemos que el 73% de la Argentina vive en ciudades ¿Podemos construir esas granjas que produzcan alimentos? ¿Podemos descomprimir los conurbanos?”
“Hay un capital social construido que ha crecido que es la base y ante semejante crisis, hoy se discute el Green new deal. Si las empresas van a discutir, sentemos los subsidios y la ayuda estatal. Si seguimos maltratando el planeta vamos a seguir confinados. ¿Podemos abrir empresas en pueblos alejados? Distribuyó muchísimo su población Europa. El principal problema son los poderes económicos. Necesitamos fuerza articulando el activismo, articulando la militancia para sumar y construir una oportunidad”.