“La Sala” es una academia de baile que posee sus instalaciones en El Talar, hace dos años que abrieron sus puertas e inauguraron sus clases de bailes para grandes y chicos, con mucho esfuerzo y sacrificio empezaron con este gran proyecto. Transitaron un primer año fabuloso y lleno de alegría; pero ninguno de sus integrantes ni profesores imaginaron que el segundo año iba ser tan duro y con tanta incertidumbre para todos.
Alejandro uno de sus directores, quien es ideólogo de este proyecto junto con su socio Matías, nos resume sus vivencias actuales “tuvimos la suerte de hablar con el dueño del lugar y que nos aguanta con el tema del pago del alquiler, con las clases online que realizamos no llegamos para pagar el alquiler, solo nos alcanza para sustentar los pagos de los servicios del lugar como internet, gas y luz. Estamos luchando con el tema municipalidad para que nos den bolilla con el tema impuestos, ya que nos obligan a cerrar nuestras puertas, entendiblemente pero nos siguen cobrando de la misma manera como si estuviésemos activos en la actividad. La realidad es que no estamos pagando porque no llegamos, estamos como bollando sin saber que nos depara el futuro cuando podamos empezar a trabajar con las clases presenciales”.
El director de La Sala nos culminó con mucha nostalgia su opinión “Hoy creo que lo que necesitamos, no solamente nosotros, sino mucho de los estudios y rubros similares como gimnasios que tenemos las puertas cerradas, es que nos apoyen mínimamente no cobrando los impuestos. La Sala al ser recién el segundo año lo vemos todavía como inversión, en crecimiento y volver a salir adelante nos va a costar muchísimo, yo no vivo de esto, es mi proyecto, por suerte tengo mis laburos aparte, pero teníamos muchos profesores trabajando y todos juntos apostamos a este sueño. Hasta el día de hoy no nos dieron bolilla, creo que se están olvidando del arte en general, somos a los primeros que después nos llaman para una inauguración, un recital y demás”
La certeza de no saber a qué se enfrentan muchos rubros y actividades, más allá de no recibir ninguna respuesta oficial de los dirigentes, es muchísima, y está afectando la economía y mucho más a nivel psicológico a demasiados ciudadanos.