Tigre: La drogaron y la violaron, pero para los jueces no fue femicidio

Los padres de la adolescente asesinada en 2017 piden que el caso sea revisado. Al único acusado le dieron 14 años de prisión, en lugar de la perpetua que hubiera correspondido si tenían en cuenta la figura de femicidio. Si la acusación no cambia, el responsable quedaría libre en junio.

Marisa Rodríguez y Facundo Ortíz se plantan frente al edificio del tribunal de Casación bonaerense, sobre la calle 7 y 156, en La Plata. Es para pedirle a la justicia que la causa por el crimen de su hija Luna Ortíz sea caratulada como femicidio. Lo hacen en el día en que Luna hubiera cumplido 23 años.

Luna Ortíz

“Quiero que mi hija, de una vez por todas, descanse en paz”, dice Marisa a A24.com. “Nos pasa como el caso de Lucía Pérez o el de Araceli Fulles. Convierten a la víctima en culpable”. Los padres de Luna sostienen la foto de la adolescente. “Hoy, en su cumpleaños, tenemos que estar acá, mendigando justicia para que en junio Villarreal no salga libre”, dice su papá Facundo. “Para eso necesitamos que se aplique la figura de femicidio”.

“Le prometí a mi hija cuando cerré el cajón que iba a hacer justicia”

Luna tenía19 años. El 2 de junio de 2017 atravesó un raid que terminó en su muerte. Varios hombres la drogaron y la violaron. Encontraron su cuerpo un día después a pocas cuadras de su casa, en el domicilio de una familiar de Isaías Villareal, un conocido de la adolescente que la había contactado por redes sociales.

Poco tiempo antes Luna había salido de un centro en Moreno donde buscó rehabilitarse por su problema de adicción. Su familia y vecinos habían hecho rifas y partidos de fútbol para pagar un centro privado, después de cansarse de recorrer espacios estatales “que no nos daban una respuesta concreta”, dice Marisa.

“La muerte de Luna está enmarcada en la violencia de género, hay una asimetría”, dice Petersen. “Villarreal se contacta por redes sociales, conoce su situación previa respecto al consumo. Inicia un raid de consumo donde le da drogas y alcohol. La vulneran sexualmente hasta llegar a la muerte. Además, en el juicio surgió que si la hubieran llevado a un hospital no estaría muerta”.

Qué dijo la Justicia

El Tribunal Oral Criminal 7 de San Isidro condenó a 14 años a Villareal por “abandono de persona y suministro de estupefacientes”. Además imputaron a Pablo Paz Gutiérrez, amigo y cómplice de Villarreal, por abuso sexual seguido de muerte. Eso había presentado en su acusación el fiscal Marcelo Fuenzalida, de la fiscalía de género de Tigre, sin considerar la figura de femicidio.

Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, los jueces de Casación Penal de La Plata Daniel Alfredo Carral, Ricardo Ramón Maidana y Ricardo Borinsky entendieron “que Luna se puso en situación de vulneración y peligro ella misma porque al consumir sabía a lo que se exponía”, dice a A24.com Fernanda Petersen, abogada de la familia. Por eso consideraron que Villarreal había cometido un “homicidio culposo, imprudente”.

Ahora la familia pide que el caso se caratule como femicidio, para que la responsabilidad no recaiga sobre la víctima. “No consideraron el esfuerzo que hizo Luna, ella vivió en carne propia la búsqueda de lugares para recuperarse. Quería terminar el secundario y sumarse a grupos de autoayuda, fue a varios”, dice Marisa. “Ella quería colaborar para que se abriera algún centro para rehabilitación para mujeres. Todos eran mixtos o para varones”.

“Para que haya un femicidio no hace falta que el que lo cometa sea una pareja, a golpes o tiros. Es poner en situación de peligro, como con Luna”, dice Petersen. “Villarreal con un conocido dicen haberla agarrado de la cabeza y los pies, como una cosa'”, agrega. “Villarreal expone su poder como hombre, y con el fallo de Casación el Poder Judicial lo avala”.

Crimen, cuerpo y cámaras

El 2 de junio del 2017 Luna salió de su casa en Benavídez, Tigre. Según supieron sus padres iba una entrevista laboral. Su familia la buscó durante horas. Villarreal la había llevado a su casa, donde había dos hombres más. Le dieron drogas y alcohol. La violaron reiteradamente.

Los papás de Luna querían ver las cámaras de seguridad de Tigre. No lograron todas: “Cuando fuimos al centro de monitoreo nos dijeron que las cámaras se habían borrado”, dice Facundo. Consiguieron solo una donde se ve cómo Isaías Villareal la lleva casi arrastrándola del Casino de Tigre y entra al barrio de el barrio Almirante Brown, conocido como Villa Garrote.

Quién fue Luna

A Luna le encantaba hacer artesanías, escuchar a Callejeros, maquillarse. Tuvo a su hermano cuando tenía 10 años. “Me ayudaba a cambiarle los pañales. Luego yo empecé a trabajar como portera para pagar el colegio y hacerle el cumple de 15”, recuerda Marisa. “La luchamos mucho pero la tuvo la fiesta”. Usaba calzas de colores “si la juzgaban por cómo se vestía y ella decía: ‘a mí me gusta el rojo, el que no quiera que no mire'”.

En la última presentación judicial que hizo la familia se plantea que los jueces apelaron a una imagen de la “mala víctima”, como sucedió en el caso de Lucía Pérez. Se trata de formas de describir a la víctima que terminan responsabilizándola: se vestía provocativa, consumía drogas, le gustaba maquillarse o salir. Casi como un justificativo.

“La recuerdo en el patio tomando mate, escuchando música, pensando en comprarse sus pulseras y sus aritos que tanto le gustaban”, dice Marisa. Luna había dejado de ir a los grupos de autoayuda. “Un día el licenciado Mastroiani, de Fortalecimiento Familiar, le dijo que ella era la que buscaba a los tipos. Luna salió llorando y me dijo que no quería volver más”.

Fuente A24

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Los padres de la adolescente asesinada en 2017 piden que el caso sea revisado. Al único acusado le dieron 14 años de prisión, en lugar de la perpetua que hubiera correspondido si tenían en cuenta la figura de femicidio. Si la acusación no cambia, el responsable quedaría libre en junio.

Marisa Rodríguez y Facundo Ortíz se plantan frente al edificio del tribunal de Casación bonaerense, sobre la calle 7 y 156, en La Plata. Es para pedirle a la justicia que la causa por el crimen de su hija Luna Ortíz sea caratulada como femicidio. Lo hacen en el día en que Luna hubiera cumplido 23 años.

Luna Ortíz

“Quiero que mi hija, de una vez por todas, descanse en paz”, dice Marisa a A24.com. “Nos pasa como el caso de Lucía Pérez o el de Araceli Fulles. Convierten a la víctima en culpable”. Los padres de Luna sostienen la foto de la adolescente. “Hoy, en su cumpleaños, tenemos que estar acá, mendigando justicia para que en junio Villarreal no salga libre”, dice su papá Facundo. “Para eso necesitamos que se aplique la figura de femicidio”.

“Le prometí a mi hija cuando cerré el cajón que iba a hacer justicia”

Luna tenía19 años. El 2 de junio de 2017 atravesó un raid que terminó en su muerte. Varios hombres la drogaron y la violaron. Encontraron su cuerpo un día después a pocas cuadras de su casa, en el domicilio de una familiar de Isaías Villareal, un conocido de la adolescente que la había contactado por redes sociales.

Poco tiempo antes Luna había salido de un centro en Moreno donde buscó rehabilitarse por su problema de adicción. Su familia y vecinos habían hecho rifas y partidos de fútbol para pagar un centro privado, después de cansarse de recorrer espacios estatales “que no nos daban una respuesta concreta”, dice Marisa.

“La muerte de Luna está enmarcada en la violencia de género, hay una asimetría”, dice Petersen. “Villarreal se contacta por redes sociales, conoce su situación previa respecto al consumo. Inicia un raid de consumo donde le da drogas y alcohol. La vulneran sexualmente hasta llegar a la muerte. Además, en el juicio surgió que si la hubieran llevado a un hospital no estaría muerta”.

Qué dijo la Justicia

El Tribunal Oral Criminal 7 de San Isidro condenó a 14 años a Villareal por “abandono de persona y suministro de estupefacientes”. Además imputaron a Pablo Paz Gutiérrez, amigo y cómplice de Villarreal, por abuso sexual seguido de muerte. Eso había presentado en su acusación el fiscal Marcelo Fuenzalida, de la fiscalía de género de Tigre, sin considerar la figura de femicidio.

Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, los jueces de Casación Penal de La Plata Daniel Alfredo Carral, Ricardo Ramón Maidana y Ricardo Borinsky entendieron “que Luna se puso en situación de vulneración y peligro ella misma porque al consumir sabía a lo que se exponía”, dice a A24.com Fernanda Petersen, abogada de la familia. Por eso consideraron que Villarreal había cometido un “homicidio culposo, imprudente”.

Ahora la familia pide que el caso se caratule como femicidio, para que la responsabilidad no recaiga sobre la víctima. “No consideraron el esfuerzo que hizo Luna, ella vivió en carne propia la búsqueda de lugares para recuperarse. Quería terminar el secundario y sumarse a grupos de autoayuda, fue a varios”, dice Marisa. “Ella quería colaborar para que se abriera algún centro para rehabilitación para mujeres. Todos eran mixtos o para varones”.

“Para que haya un femicidio no hace falta que el que lo cometa sea una pareja, a golpes o tiros. Es poner en situación de peligro, como con Luna”, dice Petersen. “Villarreal con un conocido dicen haberla agarrado de la cabeza y los pies, como una cosa'”, agrega. “Villarreal expone su poder como hombre, y con el fallo de Casación el Poder Judicial lo avala”.

Crimen, cuerpo y cámaras

El 2 de junio del 2017 Luna salió de su casa en Benavídez, Tigre. Según supieron sus padres iba una entrevista laboral. Su familia la buscó durante horas. Villarreal la había llevado a su casa, donde había dos hombres más. Le dieron drogas y alcohol. La violaron reiteradamente.

Los papás de Luna querían ver las cámaras de seguridad de Tigre. No lograron todas: “Cuando fuimos al centro de monitoreo nos dijeron que las cámaras se habían borrado”, dice Facundo. Consiguieron solo una donde se ve cómo Isaías Villareal la lleva casi arrastrándola del Casino de Tigre y entra al barrio de el barrio Almirante Brown, conocido como Villa Garrote.

Quién fue Luna

A Luna le encantaba hacer artesanías, escuchar a Callejeros, maquillarse. Tuvo a su hermano cuando tenía 10 años. “Me ayudaba a cambiarle los pañales. Luego yo empecé a trabajar como portera para pagar el colegio y hacerle el cumple de 15”, recuerda Marisa. “La luchamos mucho pero la tuvo la fiesta”. Usaba calzas de colores “si la juzgaban por cómo se vestía y ella decía: ‘a mí me gusta el rojo, el que no quiera que no mire'”.

En la última presentación judicial que hizo la familia se plantea que los jueces apelaron a una imagen de la “mala víctima”, como sucedió en el caso de Lucía Pérez. Se trata de formas de describir a la víctima que terminan responsabilizándola: se vestía provocativa, consumía drogas, le gustaba maquillarse o salir. Casi como un justificativo.

“La recuerdo en el patio tomando mate, escuchando música, pensando en comprarse sus pulseras y sus aritos que tanto le gustaban”, dice Marisa. Luna había dejado de ir a los grupos de autoayuda. “Un día el licenciado Mastroiani, de Fortalecimiento Familiar, le dijo que ella era la que buscaba a los tipos. Luna salió llorando y me dijo que no quería volver más”.

Fuente A24

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