Lisette Fernández, la joven que desde hace más de diez años reclama justicia por los femicidios de su madre y su hermana menor en el partido bonaerense de Tigre, pidió a los camaristas que analizan el caso que ordenen la detención de un hombre sospechoso de matar a su progenitora y advirtió que los crímenes se produjeron “en un contexto de trata (de personas) y narcotráfico”.
Fernández renovó su pedido de justicia en el caso por el femicidio de su madre, Nancy Fernández, perpetrado en mayo de 2014 un año después de que la mujer, que integraba la comunidad qom Yecthakay en la zona del dique Luján, reclamara ante las autoridades policiales por la muerte de su hija de 14 años, Micaela Fernández, de un disparo en la cama de la casa de un adulto de la zona.
La joven pidió a la justicia que detenga a un hombre identificado por las iniciales J.C.C, cuyo ADN -según la investigación del caso- coincidió con el semen hallado en el cuerpo de su madre.
Si bien la fiscal interviniente Marcela Semería pidió la detención del hombre por el delito de “homicidio de una mujer cometido por un hombre mediando violencia de género”, la jueza de Garantías Andrea Rodríguez Mentasty no consintió la detención por considerar que la coincidencia de ADN no era prueba suficiente ya que el hombre y Nancy Fernández mantenían “una relación sentimental”.
La fiscal apeló la decisión de la jueza y el expediente quedó a la espera de resolución de la Sala III de la Cámara de Apelaciones y Garantías en lo Penal de San Isidro, integrada por los jueces Gustavo Herbel, Carlos Fabián Blanco y Ernesto García Maañón.
“Estoy muy movilizada, estoy segura de que es el asesino pero también estoy segura de que hay algo más detrás, porque no tienen en cuenta el contexto donde sucedió el feminicidio, un contexto de trata y narcotráfico”, expresó a Télam Lisette Fernández.
Y, remarcó: “No quiero que quede solamente ahí, quiero que se llegue a fondo y todos los responsables paguen por los asesinatos de mi hermana y mi mamá”.
Al respecto, recordó que en 2013 su hermana Micaela desapareció y su madre fue a la comisaría sexta de Tigre para realizar la denuncia pero afirmó que allí “la trataron de loca” y no se la tomaron.
La menor de edad reapareció en su hogar días después golpeada, con cortes en la cara y el pelo cortado de manera brutal, tras lo cual reveló que la habían llevado a una casa donde fue abusada por varios hombres.
A pesar del temor de su hija, Nancy Fernández volvió a la comisaría, donde nuevamente rechazaron su denuncia, y esa noche se presentaron en su casa varios policías que la llevaron detenida a la comisaría sexta, siempre según lo denunciado por su hija mayor.
“India de mierda, callate la boca”, le gritaron a la mujer cinco policías mientras la golpeaban, aseguró.
En febrero de 2013, un conocido le avisó a Nancy Fernández que su hija de 14 años se había suicidado de un tiro en la casa de un hombre conocido como Dante “Pato” Cenizo.
La mujer nunca creyó la hipótesis del suicidio y comenzó a marchar junto a vecinos y organizaciones hasta la comisaría para denunciar el hecho y reclamar justicia.
El 2 de mayo de 2014, Nancy Fernández apareció muerta en su casa, semidesnuda y con signos de asfixia.
