Nordelta: Una familia convive con decenas de carpinchos en el patio de su casa: “Son buenos vecinos”

Una familia de Tigre recibió una inesperada sorpresa y se vio “invadida” por una gran cantidad de carpinchos. Desde ese momento comenzaron a tener una linda “amistad“.

“Todo comenzó hace más de un año. Empezaron siendo dos, tres y hoy en día hay más de 30 carpinchos que se mueven por mi barrio”, contó a cronica.com.ar Cindy Dessal (22), quien vive en una casa de Nordelta, donde por lo menos 23 de esos ejemplares ingresaron de forma repentina.

“Son muy lindos, enormes y bastante tranquilos. Son como unos muy buenos vecinos, solo que se comen todo el pasto y las plantas”, comentó entre risas. Y agregó: “Mi mamá con eso se enoja un poco pero los dejamos ser”.

Cindy contó que esta clase de roedores siempre camina por el barrio y a veces suele entrar -tal como ocurrió este sábado- a su vivienda, donde se quedan en algunas ocasiones “hasta cinco días seguidos”.

“No suelen ser agresivos, quizás sucede eso cuando sus bebés son muy chiquitos y te acercás”, detalló, al tiempo que añadió: “justo en mi familia tenemos cuatro caniches e intentamos que no estén afuera al mismo tiempo que visitan, por miedo a que los muerdan o algo así. Más que nada porque nuestros perros son curiosos y los otros se ponen a la defensiva, pero no es que atacan porque sí”.

Cindy aseguró que los carpinchos también entran a los hogares de sus vecinos de la localidad de Tigre. “Nos enteramos porque se difunden los videos, los mandan al grupo de WhatsApp o literalmente los vemos en otros jardines desde el nuestro”, apuntó.

Según explicó, generalmente los animales entran por el lago y saltan las rejas o ingresan por los jardines desde el costado de las casas.

Con respecto a la primera vez que vieron con su familia a este tipo de roedores, la joven contó que fue emocionante. “Estábamos muy ‘flasheados'”, describió, a la vez que recordó: “a los primeros dos que aparecieron los bautizamos Hendry y Stefanie (…). Nunca pensamos en sacarlos porque nos daban pena, los dejamos estar. Ahora duermen siesta y todo acá”.

“Hoy en día aunque estemos muy acostumbrados a verlos, siempre es lindo recibirlos. Siempre alguien dice ‘¡Están los carpinchos!’ Y vamos todos a verlos un rato, sacarles fotos o quedarnos por ahí”, contó. Y con gracia, finalizó: “Yo intenté hacerme amiga y darles comida pero la verdad no me dieron bola o no les gusta la zanahoria”.

Fuente: Cronica.com.ar

Dejanos tu opinión

Notas Relacionadas

spot_img
spot_img

Lo Último