Remo: Ariel Suárez y un entrenamiento con polémica: Prefectura le labró un acta por violar la cuarentena

El remero Ariel Suárez salió a entrenarse sin autorización en plena cuarentena y Prefectura le labró un acta: “Yo era consciente de que me iban a labrar un acta; fue al final del entrenamiento; me llevaron a un costado y empezaron las comunicaciones. La verdad es que era su trabajo y me dieron un trato excelente. Me dijeron que un juez se iba a contactar conmigo en estos días para ver cómo proseguir”, contó el finalista olímpico en Londres 2012 a Todo Noticias.

“No sabría decir si el resto de los remeros saldrá a remar. Yo lo que hice fue un acto de cansancio total frente a esta cuarentena, no es rebeldía. También sufro impotencia porque se habilitan otros deportes y el mío no. No cuento con menos derechos que otros para poder salir. La única forma en que me saquen del agua es metiéndome preso; no tengo miedo económico porque no tengo un peso,mi familia es humilde”, agregó.

El acta se labró por “no encontrarse comprendido dentro de las excepciones del artículo 6” del Decreto 297/2020 (Aislamiento Social y Obligatorio). Se promovió consulta a Darío Fideiros, del Juzgado de San Isidro, por el incumplimiento del decreto.

Su incursión en el agua y sus consecuencias

El lunes por la mañana, al momento de salir a entrenarse al Río Reconquista -un hábito que mantiene desde hace muchos años para afrontar luego los desafíos deportivos-, el remero nacido en San Fernando hace 40 años había comentado: “La sensación de libertad fue única, una sensación de placer, felicidad. Sentí que me saqué una mochila de tensión, de frustración, de bronca. También tenía esa presión por los móviles policiales que rondaban, los helicópteros que sobrevolaban, pero un deportista sabe manejar esas presiones”, describió.

A las 11 de la mañana de ayer se subió a su bote, y frente a la prensa, se conmovió. “Fue una mezcla de emociones. Desde la incertidumbre sobre si iba o no poder bajar el bote al agua, hasta los nervios por volver a subirme a remar. Fue todo muy intenso, pero cuando me alejé de la costa, me relajé, me divertí y me olvidé de todo. Fue un desahogo profundo después de 140 días de estar en mi casa, me sentí libre de nuevo”, le contó a LA NACION desde su casa.

Salió solo a remar. Remó sin importar la distancia recorrida, los tiempos, ni la intensidad. Simplemente, se trató de volver a poner el cuerpo en su hábitat deportivo. “Estoy sorprendido por la aceptación de las personas, el apoyo que recibí de su parte, me dieron fuerzas para esta salida y para las próximas. Este lunes salí para romper el hielo, para adaptar el cuerpo y disfrutar. Como ya lo avisé, tengo pensado salir, y las notificaciones no me limitan. No pueden habilitar el fútbol sin tener en cuenta a otros deportes, de mucho menor contacto”, insistió.

Vestido con la camiseta argentina, tapabocas y su bote, cumplió lo que había señalado. Este martes volverá a salir, y así todos los días. Volverá a mirar de reojo la notificación que recibió por parte de la Prefectura. En un momento, durante su recorrido, los oficiales de Prefectura le solicitaron que frenara y le notificaron su infracción. El acta de procedimiento, por el incumplimiento del decreto 297/2020, señala que estaba circulando por un lugar indebido e incumpliendo la cuarentena. Cuando la recibió, ni siquiera la leyó. “Coleccionaré una pila de notificaciones, no me importa ir preso por mi deporte”, apuntó. Un móvil policial del municipio de Tigre circuló por la zona, pero nunca intervino.

“Si me meten preso, están dejando salir libres a los presos, así que voy a salir. No me entra la incoherencia de lo que sucede, soy una persona normal, que también tiene sus derechos. Hace 20 años que remo, durante siete días a la semana. Tigre es la cuna del remo, y hace 150 días que los clubes están cerrados”, apuntó entonces.

Aún no hay novedades acerca de cuándo serán habilitados los deportes individuales, lo que dependerá del ministerio de Salud. La actividad de Suárez se encuentra prohibida desde el 20 de marzo, y pese a las movilizaciones y los pedidos formales, no hay señales firmes sobre los tiempos de autorización. Se presume que puede ser pronto.

Suárez, en los últimos días, en sus redes sociales había plantado una dura posición. Incluso el domingo pasado participó de la marcha frente a la quinta de Olivos, en la que atletas, afcionados y profesores de disciplinas individuales le exigieron flexibilizaciones al Gobierno.

En esa ocasión, Suárez había señalado: “Me siento muy mal como deportista. Veo en las noticias que el fútbol vuelve y nosotros no; no lo entiendo. Cumplí todo el aislamiento durante casi 150 días, pero ahora digo basta. Nos discriminan, no se entiende por qué el fútbol, que es un deporte de contacto, pudo regresar a entrenar y nosotros no. El remo tiene un protocolo perfecto, y como sucede con muchos otros deportes, está aprobado”, cuestionaba. Y advertía que su tiempo de subirse al bote y volver a entrenarse al río había llegado.

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El remero Ariel Suárez salió a entrenarse sin autorización en plena cuarentena y Prefectura le labró un acta: “Yo era consciente de que me iban a labrar un acta; fue al final del entrenamiento; me llevaron a un costado y empezaron las comunicaciones. La verdad es que era su trabajo y me dieron un trato excelente. Me dijeron que un juez se iba a contactar conmigo en estos días para ver cómo proseguir”, contó el finalista olímpico en Londres 2012 a Todo Noticias.

“No sabría decir si el resto de los remeros saldrá a remar. Yo lo que hice fue un acto de cansancio total frente a esta cuarentena, no es rebeldía. También sufro impotencia porque se habilitan otros deportes y el mío no. No cuento con menos derechos que otros para poder salir. La única forma en que me saquen del agua es metiéndome preso; no tengo miedo económico porque no tengo un peso,mi familia es humilde”, agregó.

El acta se labró por “no encontrarse comprendido dentro de las excepciones del artículo 6” del Decreto 297/2020 (Aislamiento Social y Obligatorio). Se promovió consulta a Darío Fideiros, del Juzgado de San Isidro, por el incumplimiento del decreto.

Su incursión en el agua y sus consecuencias

El lunes por la mañana, al momento de salir a entrenarse al Río Reconquista -un hábito que mantiene desde hace muchos años para afrontar luego los desafíos deportivos-, el remero nacido en San Fernando hace 40 años había comentado: “La sensación de libertad fue única, una sensación de placer, felicidad. Sentí que me saqué una mochila de tensión, de frustración, de bronca. También tenía esa presión por los móviles policiales que rondaban, los helicópteros que sobrevolaban, pero un deportista sabe manejar esas presiones”, describió.

A las 11 de la mañana de ayer se subió a su bote, y frente a la prensa, se conmovió. “Fue una mezcla de emociones. Desde la incertidumbre sobre si iba o no poder bajar el bote al agua, hasta los nervios por volver a subirme a remar. Fue todo muy intenso, pero cuando me alejé de la costa, me relajé, me divertí y me olvidé de todo. Fue un desahogo profundo después de 140 días de estar en mi casa, me sentí libre de nuevo”, le contó a LA NACION desde su casa.

Salió solo a remar. Remó sin importar la distancia recorrida, los tiempos, ni la intensidad. Simplemente, se trató de volver a poner el cuerpo en su hábitat deportivo. “Estoy sorprendido por la aceptación de las personas, el apoyo que recibí de su parte, me dieron fuerzas para esta salida y para las próximas. Este lunes salí para romper el hielo, para adaptar el cuerpo y disfrutar. Como ya lo avisé, tengo pensado salir, y las notificaciones no me limitan. No pueden habilitar el fútbol sin tener en cuenta a otros deportes, de mucho menor contacto”, insistió.

Vestido con la camiseta argentina, tapabocas y su bote, cumplió lo que había señalado. Este martes volverá a salir, y así todos los días. Volverá a mirar de reojo la notificación que recibió por parte de la Prefectura. En un momento, durante su recorrido, los oficiales de Prefectura le solicitaron que frenara y le notificaron su infracción. El acta de procedimiento, por el incumplimiento del decreto 297/2020, señala que estaba circulando por un lugar indebido e incumpliendo la cuarentena. Cuando la recibió, ni siquiera la leyó. “Coleccionaré una pila de notificaciones, no me importa ir preso por mi deporte”, apuntó. Un móvil policial del municipio de Tigre circuló por la zona, pero nunca intervino.

“Si me meten preso, están dejando salir libres a los presos, así que voy a salir. No me entra la incoherencia de lo que sucede, soy una persona normal, que también tiene sus derechos. Hace 20 años que remo, durante siete días a la semana. Tigre es la cuna del remo, y hace 150 días que los clubes están cerrados”, apuntó entonces.

Aún no hay novedades acerca de cuándo serán habilitados los deportes individuales, lo que dependerá del ministerio de Salud. La actividad de Suárez se encuentra prohibida desde el 20 de marzo, y pese a las movilizaciones y los pedidos formales, no hay señales firmes sobre los tiempos de autorización. Se presume que puede ser pronto.

Suárez, en los últimos días, en sus redes sociales había plantado una dura posición. Incluso el domingo pasado participó de la marcha frente a la quinta de Olivos, en la que atletas, afcionados y profesores de disciplinas individuales le exigieron flexibilizaciones al Gobierno.

En esa ocasión, Suárez había señalado: “Me siento muy mal como deportista. Veo en las noticias que el fútbol vuelve y nosotros no; no lo entiendo. Cumplí todo el aislamiento durante casi 150 días, pero ahora digo basta. Nos discriminan, no se entiende por qué el fútbol, que es un deporte de contacto, pudo regresar a entrenar y nosotros no. El remo tiene un protocolo perfecto, y como sucede con muchos otros deportes, está aprobado”, cuestionaba. Y advertía que su tiempo de subirse al bote y volver a entrenarse al río había llegado.

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